Volantes
vibratorios para automóviles; transmitir datos por vía táctil al conductor
Un volante vibratorio es una manera efectiva de
hacer que un conductor se mantenga mirando a la carretera, ya que le
proporciona un medio adicional de seguir las indicaciones de un sistema de
orientación GPS presente en el vehículo.
Así se ha comprobado en un nuevo estudio, que es
uno de los primeros en evaluar combinaciones de indicaciones por audio, por
imágenes y por tacto para guiar a conductores por la ruta adecuada.
En esta investigación, realizada por expertos de
la Universidad Carnegie Mellon, en Pittsburgh, Pensilvania, Estados Unidos, y
de los Laboratorios AT&T en Nueva Jersey, del mismo país, se ha constatado
además que en particular los conductores más jóvenes se distraían menos con la
pantalla del sistema de navegación cuando recibían información háptica (táctil)
del volante vibratorio.
Los volantes vibratorios ya son usados por
algunos fabricantes de automóviles para alertar a los conductores sobre cosas
importantes, como por ejemplo peligros en la carretera. Sin embargo, el volante
háptico en desarrollo por AT&T puede generar pulsaciones inusualmente
variadas y por tanto puede transmitir más información.
En el estudio participaron 16 conductores con
edades entre los 16 y los 36 años, y 17 conductores mayores de 65 años. En el
simulador, estas personas condujeron por un trayecto que incluyó varios
semáforos, señales de stop y peatones, mientras los investigadores
monitorizaban su ritmo cardíaco, tamaño de la pupila, tasa de parpadeo,
actividad de ondas cerebrales y otros parámetros relacionados con la atención y
la carga cognitiva.
El equipo de SeungJun Kim, Kevin A. Li, Anind K.
Dey, Jodi Forlizzi y Jin-Hyuk Hong encontró que la proporción de tiempo en el
que los conductores no estaban mirando a la carretera era significativamente
menor con la combinación de información háptica y auditiva que con la
combinación auditiva y visual típica de la mayoría de los sistemas GPS
convencionales. Específicamente, fue un 4 por ciento menor para los conductores
maduros y un 9 por ciento menor para los conductores jóvenes.
La diferencia entre la reducción experimentada
por los sujetos maduros y la experimentada por los jóvenes puede deberse a las
preferencias del conductor: Los conductores maduros ya de por sí tienden más a
usar información auditiva que los jóvenes, quienes se apoyan más en la información
visual en pantalla.
El robot japonés
'Hiro' llega a Europa
El centro de investigación Tecnalia
Research & Innovation va a incorporar en la industria europea a Hiro, el
secreto mejor guardado de la robótica japonesa. Se trata del primer robot
humanoide que trabaja codo a codo con las personas, en lugar de en recintos
separados, con el objetivo de mejorar la seguridad, capacidad y competitividad
de las fábricas.
Hace ya más de 60 años que los primeros robots llegaron al mundo de la
industria. Desde entonces, por razones de seguridad, han desempeñado su trabajo
aislados en jaulas, impidiendo la colaboración entre trabajadores y máquinas.
Ahora, el centro español de investigación Tecnalia Research & Innovation
inicia una nueva era incorporando a la industria europea el primer robot que
puede trabajar codo a codo con las personas, con un doble objetivo: mejorar las
capacidades de los trabajadores en condiciones de seguridad; y aumentar la
competitividad de las fábricas en los mercados internacionales. Para ello
cuenta con el robot Hiro, el secreto mejor guardado por Japón en los últimos
años en materia de robótica industrial.
El robot Hiro realiza así su primer viaje fuera de Japón. Durante años, este
país, líder en robótica industrial, ha desarrollado esta tecnología
considerándola “patrimonio nacional protegido” que no compartía fuera de sus
fronteras, pero ahora ha confiado en Tecnalia para que Hiro pueda adaptarse e
incorporarse a empresas de todo el mundo, empezando por Europa.
Tecnalia apuesta por combinar la inteligencia del ser humano con las
propiedades de los robots industriales, ya que el 99% de las tareas son más
eficientes si son mixtas. La novedad de Hiro es que es un robot social, es
decir, está preparado para compartir espacio de trabajo con las personas en
condiciones de absoluta seguridad y en el caso de entrar en contacto físico con
algún humano, está programado para paralizarse de forma automática. Los robots
se ocuparán de realizar aquellas tareas que puedan suponer un riesgo para la
salud de los trabajadores, para garantizar al máximo la seguridad de la
plantilla.
La estimación es que en un plazo de
seis años, a nivel estatal, el 60% del tejido industrial que realiza labores de
ensamblaje final de producto contará en sus cadenas productivas con este tipo
de robot. Los sectores que se beneficiarán de esta nueva tecnología serán
automóvil, auxiliar, plástica, alimentación, madera, bebidas, agricultura,
aeronáutica, ferroviario y energético, entre otros.
El robot Hiro, desarrollado por Industrias Kawada, tiene aspecto humanoide en
la parte superior y cuerpo de robot en la parte inferior. Según la filosofía
japonesa, dotar a los robots de aspecto humano favorece su inserción en el
entorno laboral y su interactuación con los trabajadores. Por ello, en la parte
superior cuenta con cabeza, tronco y dos extremidades que acaban en forma de
mano.
Además dispone de un total de cuatro ojos, dos en la cara y uno en cada mano,
lo que le facilita realizar operaciones incómodas o peligrosas para los seres
humanos. En la parte inferior, en cambio, dispone de un mecanismo con ruedas
para desplazarse, una solución más operativa al tratarse de un robot dedicado a
la
La unidad de
almacenamiento magnético de datos más pequeña del mundo
Se ha conseguido construir la unidad
de almacenamiento magnético de datos más pequeña del mundo. Usa sólo 12 átomos
por bit, la unidad básica de la información digital, y almacena un byte
completo (de 8 bits) dentro de una cantidad ínfima de materia: tan sólo 96
átomos. En comparación, una unidad de disco duro moderna necesita más de 500
millones de átomos por byte.
La proeza tecnológica es obra de un equipo de científicos de IBM y el Centro
Alemán para la Ciencia del Láser de Electrones Libres (CFEL)
Esta singular unidad de almacenamiento de datos se construyó átomo por átomo
con la ayuda de un microscopio de Efecto Túnel en el Centro de Investigación de
Almaden de IBM, en San José, California.
El equipo de Sebastian Loth del CFEL
y Andreas Heinrich de IBM construyó los patrones regulares de átomos de hierro,
alineándolos en filas de seis átomos cada una. Dos filas son suficientes
para almacenar un bit. Un byte, a su vez, consta de ocho pares de filas de
átomos. Usa sólo un área de 4 por 16 nanómetros. Esto corresponde a una
densidad de almacenamiento que es cien veces superior a la de una unidad de
disco duro moderna..
Los datos son escritos y leídos en la unidad nanométrica de almacenamiento con
la ayuda de un microscopio de Efecto Túnel. Los pares de filas de átomos tienen
dos posibles estados magnéticos, representando los dos valores, 0 y 1, de un
bit clásico. Un pulso eléctrico de la punta del microscopio de Efecto Túnel
invierte la configuración magnética. Un pulso más débil permite leer la
configuración, aunque actualmente el "cabezal" de lectura sólo es
estable a una temperatura muy fría: 268 grados centígrados bajo cero.
Nanofibras de plástico
que se autoensamblan y conducen electricidad casi tan bien como el cobre
Se ha conseguido fabricar con éxito fibras de
plástico altamente conductoras que tienen sólo varios nanómetros de espesor.
Además, estos nanohilos se autoensamblan en un proceso que es activado por un
destello de luz.
Baratas y fáciles de manejar, a diferencia de
los nanotubos carbono, las nuevas nanofibras de plástico combinan las ventajas
de dos clases de materiales capaces de conducir la corriente eléctrica: los
tradicionales metales y los innovadores plásticos de polímeros orgánicos. De
hecho, sus notables propiedades eléctricas son muy similares a las que
presentan los metales.
Además, son ligeras y flexibles como muchos de
los plásticos convencionales, lo que abre la posibilidad de superar uno de los
desafíos más importantes de la electrónica del siglo XXI: la miniaturización de
los componentes en la escala nanométrica.
Estos asombrosos nanohilos de plástico son obra
de científicos del Centro Nacional francés para la Investigación Científica
(CNRS, por sus siglas en francés) y la Universidad de Estrasburgo, en Francia.
Estas fibras reúnen por tanto lo mejor de cada
clase de materiales. Son muy ligeras y flexibles, y al mismo tiempo capaces de
transportar densidades de corriente extraordinarias, casi tanto como las que
soporta el cobre.
El próximo paso del equipo de investigación,
dirigido por Nicolas Giuseppone y Bernard Doudin, es demostrar que estas fibras
pueden ser usadas a escala industrial para fabricar dispositivos electrónicos
miniaturizados, como por ejemplo pantallas flexibles, células solares,
transistores y nanocircuitos impresos.